Parque nacional de Thingvelir

Aquí mismo, en el salón de la casa, al abrigo de las inclemencias se desenvuelve el más extraordinario de los regalos.

Ahora mismo, cuando el reloj marca sus horas intempestivas, discurren los segundos por un campo nunca antes transitado por nadie.

Muchas veces me paro a saborear esta sensación de estar viviendo en el último de los tiempos. A menudo me hago consciente de la singularidad que pertenece a cada instante de nuestra vida. Cada segundo circula irrepetible por el tobogán de la vida.

Yo he tardado años en darme cuenta de lo rápido que se gasta el tiempo. De niño jugaba en campos de infinitas dimensiones, como es natural, pero durante muchos años he derrochado las horas que manaban incesantes de una fuente inagotable.

Tal vez hacerse mayor tiene que ver con esto. La línea temporal se dibuja en un lugar visible.

De inmediato aprendí que la urgencia por desgranar cada instante resultaba inútil. «Vísteme despacio, que tengo prisa». La verdad que encierra el saber popular a veces brilla como un faro en la oscuridad.

Comparto la penúltima serie de Islandia en este momento único.(Como lo son todos). Hacerlo es una decisión relevante, por lo precioso que es el tesoro que alimenta la vida,

Dejarlo circular por el tiempo que te pertenece es emplear una de las cosas más valiosas que tienes. A veces veo muy claramente este intercambio de regalos. A pesar de la distancia que provoca el mundo virtual, de la falta de oxígeno y de caricia en la piel, a menudo siento una conexión capaz de supera todos los obstáculos.

En el parque que puedes ves a continuación la tierra está rota. Sus heridas están expuestas a la incertidumbre y han abandonado toda posibilidad de protección.

Se muestra sin coraza, vestida de una aparente fragilidad. Repasando cada imagen, recorriendo las aristas de su espacio, a cada paso, voy comprendiendo su engaño. En su desnudez no hay vulnerabilidad, No tiene nada que perder, y esa fortaleza, supera todas las demás consideraciones.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

La serie completa está formada por 112 fotografías disponibles en el enlace: Flickr

.

Roberto Molero

4 comentarios

  1. Captada la esencia de la grandeza y belleza atemporal del paisaje… Nos hace sentir pequeños, somos una pequeña fracción de tiempo…Simplemente precioso

  2. He visto la película Godland. El protagonista recorre los mismos paisajes desolados y bellos de tus publicaciones.

    Para mí supone una mirada enriquecedora, en imágenes y texto, que agradezco enormemente.

    Marisa

Deja un comentario